Del vacío y su interior
Concreto e instrucciones, Aprox. entre 20 a 25 Ø cm, 2020
La pieza del vacío y su interior forma parte del proyecto Antigrafil.
Como propone Nicolás Nasim Taleb, no existe una palabra que designe exactamente lo contrario de lo frágil, la idea de lo antifrágil va más allá de la resiliencia y la robustez. Mientras que los sistemas resistentes pueden soportar y recuperarse de los impactos negativos, y los sistemas robustos pueden resistirlos sin sufrir daños significativos, los sistemas antifrágiles se fortalecen y evolucionan positivamente a través de la adversidad. La noción de antifragilidad sugiere una capacidad no solo para resistir el caos, sino para aprovecharlo como una fuerza impulsora para el crecimiento y la mejora continua. Hay cosas que se benefician de las crisis; prosperan y crecen al verse expuestas a la volatilidad, al azar al desorden y a los estresores.
La pieza del vacío y su interior es una esfera de concreto de espesor aproximado de un milímetro y de un diámetro aproximado de 15 a 35 cm.
A diferencia de las estructuras solidas de concreto con las que están construidas las edificaciones, la esfera, vacía en su interior, se convierte en un cuerpo frágil que con la interacción tiende a quebrarse. Es una pieza en constante cambio en función del deterioro que va sufriendo a medida que se va interactuando con ella.
La pieza busca cuestionarnos acerca de la fragilidad de las construcciones humanas y cómo los avances de la ingeniería, el progreso y el desarrollo que parecen inamovibles en realidad son frágiles e inestables. El concreto remite en nuestro imaginario a lo sólido, lo duro y lo estable y es un reflejo de cómo entendemos nuestras construcciones. La producción en serie, se traduce en la utilización de moldes para construir estas formas seriadas.